lunes, 22 de junio de 2009
el impacto de la edu en Chile... ¿dónde está?
“La educación en Chile constituye la base fundamental del sistema democrático”. Es una idea desafiante, pero bien argumentada con una respuesta como que todo hombre bien informado es capaz de tomar decisiones acordes con las situaciones problemáticas, en base a las opciones que se le presenten. Esto también le dará el derecho a opinión, factor importante para tomar la posterior decisión, todo esto es lo que el profe Salas denominaba como “eficiencia social”. Muy buen concepto, motivante a la acción de informarse y educarse.
En general, el texto se encamina de forma regular, considera a la educación como herramienta para la supervivencia de la sociedad que la practica y la promueve, también el desarrollo del ser humano como persona, desde que nace y durante toda la vida, este desarrollo y supervivencia se mantendría con la “auto renovación” de Dewey, sin embargo, entro en un conflicto con Secada cuando dice que la escuela permite ayudar al educando a conseguir una mejor calidad de vida. No le encuentro, la verdad, el sentido, más bien hace un esfuerzo para que el educando se despabile y entienda que la educación es el único camino al éxito personal y social pero, al final, de forma individual, no, con un pensamiento individual de lo explicado y en el camino verá como lo hace, que es difícil, pero los grandes hombres y mujeres de la historia son humanos y él también, que no está solo en este camino: está su familia y la las personas que ha conocido en el camino, profesores por ejemplo. Esta tarea, de educarse, se ha hecho más fácil, o más difícil gracias a la globalización, la que plantea a la educación plantear estándares universales de calidad, claro que es imposible igualarnos con países desarrollados europeos, pero lo intenta. Para lograrlo, se necesita la participación conjunta de la ciudadanía y estaremos también desarrollando la democracia. Otra buena idea es a de establecer la educación media como base cultural, eso nos “obligaría” a educarnos más y aumentaría la posibilidad de que los estudiantes se interesen por continuar a los estudios superiores. Ahora, para esto hay que mantenerlos en la escuela, cómo, no lo sé, pero a diferencia del texto, yo pienso que el sistema educativo si está comprometido con la oferta de oportunidades, el problema es, que no saben a quien darle las oportunidades y a veces pierde tiempo y dinero, ambos escasos hoy por hoy, en babosos que han demostrado no merecer los beneficios que se les otorgan por parte del gobierno y, de hecho, los ocupan para beneficio personal haciendo mal al entorno. Hay que saber escoger la fruta, de lo contrario…
Lamentablemente, la educación en Chile está aún ciega en cuanto a ciertos aspectos, como el reentrenamiento permanente, los liceo técnico-profesionales, que dejan a sus alumnos a su suerte después de salir de cuarto medio, la revisión profunda y continua de los contenidos cognitivos y éticos que se imparten en el sistema educacional y la transmisión de estos olvidando los cuatro pilares de la educación.Bien, gracias a Dios, hay quienes no olvidan mantener la vigencia de la educación como estimulo, nutrición y cultivo del crecimiento y desarrollo de las personas para llegar a ser sostenedores de sus ideales y para forjarlos está la escuela. Amén!
domingo, 7 de junio de 2009
Siga estos 7 consejos, y será un buen educador!!!
El texto expone problemas fundamentales, los cuales, hay que enfrentar para educar en el nuestros tiempos, según Morin.
Sin excepción, cualquier sociedad en el mundo, debería tener en cuenta los “siete saberes necesarios” para la educación de nuestros días que, al parecer, aún siguen ocultos en las bibliotecas o en el mismísimo Internet de donde, si el profe no los extrae, tampoco los conoceríamos. Que lastima.
El capitulo I trata de lo que son las cegueras del conocimiento: el error y la ilusión. Y cómo no vamos a estar ciegos si no conocemos lo que es conocer. Hoy, como ayer, la educación se encarga de entregar conocimientos sin hacer saber, primeramente, a lo que esto refiere. Tampoco es reconocido, como debiese, el conocimiento humano, creando en consecuencia, ni pensadores, ni alumnos, sino biodigestores.
Hay que estudiar la naturaleza del conocimiento, cito: “El conocimiento del conocimiento debe aparecer como una necesidad primera que serviría de preparación para afrontar riesgos permanentes de error e ilusión…”. Tener un cuidado especial para evitar la distorsión del conocimiento en su camino hacia nosotros, especialmente su llegada cuando es nuestro deber procesarlo y es cuando estamos más propensos a causar un error de percepción. No por esto, debemos olvidarnos de nuestra afectividad porque, si bien, puede asfixiar en conocimiento, también puede fortalecerlo. Con respecto a esto, el punto de las teorías, doctrinas, ideologías, no es nuevo, pero sigue siendo muy interesante ya que, según, Morin, no solo están propensas al error y la ilusión, sino que se aferran a ellos y protegen los que son parte de ellas, sin olvidar la religión.
Por ultimo esta la incertidumbre y lo inesperado en el conocimiento en los que el principal problema es que no sabemos afrontarlo, cuando lo hagamos llegaremos a un nuevo nivel de conocimiento, cada vez mayor, porque lo nuevo se abre paso a como de lugar.
A veces, el problema no es la distorsión de la información, es la impertinencia de esta. Resumiendo, el capitulo II que, a mi parecer, es también muy interesante; trata de cómo reconocer los conocimientos que son validos en una era donde, esta es la mayor causa de error e ilusión debido al bombardeo de información de millones de fuentes donde el principal culpable seria el “océano de información con un centímetro de profundidad” llamado Internet. A esto se agrega la falta de organización del conocimiento. En orden esta seria: el contexto, obvio, si le digo a un compañero: “sabes que me perdí”, si no contextualizo, él no sabrá si me perdí de lo que decía la profe, si me perdí en el camino a su casa, si me perdí en los ojos de una mujer hermosa, etc. Lo global no dice que debemos ir, primero, del árbol a las ramas y, luego de vuelta. No podemos conocer la naturaleza del árbol sin conocer las ramas pero sin quedarnos pegados en ellas, debemos utilizarlas para el conocimiento global del árbol como totalidad. Lo multidimencional nos recomienda reconocer las múltiples dimensiones del ser humano para ahí insertar las informaciones donde quiera que vayan, dividiéndolas incluso, dentro de las mismas dimensiones, para que este conocimiento sea pertinente. Para complementar lo anterior, está lo complejo, que vendría siendo como lo gomal de lo multidimencional, pero en orden, es decir, cuando las dimensiones estén nutridas deben complementarse para crear un conocimiento general del cual puedan redesprender nuevamente, conocimientos específicos. Y este es el punto donde cabe comparar, a propósito de conocimiento general, a la inteligencia general con la reducción y disyunción del conocimiento, debo aclarar que la inteligencia general es un concepto utilizado por Morin para describir la base de conocimientos que todos deberíamos tener en común, que está en contraste con la manía actual de la “súper especialización” contemporánea en la que está siempre latente el temor de que el especialista se encierre tanto en lo que ha estudiado, que pierda el interés por los otros campos, no menos importantes, y que se produzca un aislamiento, perdiendo la sociabilidad y sea , casi “inútil” para desempeñarse en los otros ámbitos de la vida. En este punto entramos a la parte, a mi parecer, más interesante en la que volvemos al océano de profundidad. Morin nos dice que hay que no hay que tomar en cuenta toda la basura que nos cae, sino que hay que reconocer los “conocimientos pertinentes” y almacenarlos en nuestra memoria que, por nada debe perder el ejercicio de almacenar los conocimientos importantes. Y para finalizar quiero enfocarme en enfrentar las incertidumbres, creo que no hay nada más peligroso para la humanidad que la incertidumbre. Y aunque, claro, “el que no se arriesga no cruza el río”, hay que pensar la forma en que el único efecto secundario de hacerlo, sea salir mojado, lamentablemente, el mundo se ahogó muchas veces durante el siglo XX, y aunque han parecido aprender de sus errores, hoy pagamos las consecuencias. Debemos darnos cuenta que las probabilidades ya no son una ley, pueden más bien ayudarnos en nuestro camino al desarrollo, pero no debemos confiar en que así será siempre. Bastantes pruebas tenemos de que la realidad es casi siempre más rara que la ficción, de que lo más probable no es siempre posible y que lo imposible tiene enormes probabilidades de suceder. Es por esto que tenemos que ser consientes cuales son las decisiones que no nos lleven a un avance contraproducente, estas deben ser bien pensadas y, por sobre todo, hoy más que nunca, al largo plazo, solo así habremos aprendido a “navegar en un mar de incertidumbre, entre un archipiélago de certezas”.